El Museo Guggenheim es una de las obras más famosas e importantes del arquitecto Frank Lloyd Wright. Fue el último proyecto de su vida y también el más largo. El museo se empezó a construir en 1943 y fue abierto al público en 1959, seis meses después de su muerte.
La obra se encuentra en Manhattan y las formas curvas contrastan con la arquitectura vertical que caracteriza a Nueva York. Es uno de los museos más visitados del mundo y también uno de los más fotografiados.
El Museo Guggenheim fue fundado por el filántropo Solomon R. Guggenheim, quien tenía una gran colección de pinturas abstractas de artistas americanos y europeos. Estas piezas se encontraban en un espacio alquilado cuyo nombre era Museo de Pintura no Objetiva, pero la colección necesitaba una ubicación permanente. Guggenheim, junto con la directora del museo Hilla von Rebay, encargó a Wright la construcción del edificio cuando aún no habían comprado el terreno en la quinta avenida. Tras la muerte de Guggenheim en 1949, miembros de la mesa de directivos y familiares del coleccionista, deciden nombrar el nuevo edificio como el Museo Solomon R. Guggenheim.
Frank Lloyd Wright estaba en un punto alto de su carrera cuando recibió el encargo del museo. Ya tenía en su haber varías obras destacadas como Unity Temple (1908), Hollyhock House (1921) o la Casa de la Cascada (1935). Los requisitos para la construcción no eran muchos, de manera que el arquitecto tenía libertad absoluta para crear este espacio. Sin embargo, había dos condiciones: el museo debía ser diferente a otros museos en el mundo y ser “un templo del espíritu, un monumento”.
Wright realizó más de 700 dibujos durante los primeros años hasta la aprobación total del proyecto —años en los que hubo problemas financieros que el proyecto había enfrentado y relacionados con permisos de construcción en la ciudad. Finalmente, la construcción empezó en 1956 con Wright viviendo en una suite en el Plaza Hotel mientras se construía el museo.
El exterior del Museo Guggenheim es un cilindro blanco de concreto reforzado. Algunos dicen que el Guggenheim tiene la forma de un caparazón de nautilo, otros dicen que es una cinta de concreto, o un zigurat invertido.
En el interior, Wright propuso «un gran espacio en un suelo continuo”. Lo primero que el visitante puede observar es un enorme vacío, alzándose 28 metros de altura hacia una cúpula de cristal. A los lados del vacío hay una rampa continua de casi medio kilómetro de largo que se desenrolla a lo largo de seis pisos teniendo una vista panorámica de todo el edificio y de las exposiciones que se encuentran a lo largo de los muros. Esto también permite que una planta fluya hacia la otra: el visitante puede recorrer el museo sin interrupciones.
Se utilizaron 198 metros cúbicos de concreto y 700 toneladas de acero estructural sólo para dar forma a la icónica “carcasa” del museo. El concreto se aplicó en forma de rocío dentro de los encofrados en vez de verterlo como se hace tradicionalmente: esta técnica, conocida como gunitado ,era relativamente nueva en esa época. Se utilizaron tres tipos de concreto: reforzado para la estructura principal, aligerado para las losas y la rampa, y concreto con grava para la carcasa exterior.
Las losas del museo Guggenheim llegan a alcanzar distancias de hasta 30 metros entre apoyos, y en algunos casos presentan voladizos de hasta 8 metros.
A pesar de que el museo es una obra monumental, tuvo fallos de diseño. Antes de la inauguración 21 artistas se quejaron de los muros cóncavos, debido a que es difícil colgar obras de arte planas. Algunos críticos de arte también argumentaban que el edificio competía con las obras de arte que se exponían.
Estructuralmente, el domo de vidrio tuvo que ser reducido y rediseñado para agregar vigas. En 1992, el museo fue remodelado, construyendo una torre que estaba incluida en el diseño original de Wright pero esta vez con muros planos, haciéndola más apropiada para la exhibición de obras de arte.
Entre el 2005 y 2008, el Museo Guggenheim, tuvo una renovación exterior donde once capas de pintura fueron removidas de la superficie original y revelaron muchas grietas ocasionadas por el clima. Esto llevó a una extensa investigación de distintos materiales para poder reparar y restaurar el exterior.
Se necesitaron tres millones de dólares para construir el Museo Guggenheim durante el período 1943-1959. La restauración del exterior en 2005-2008 costó 29 millones de dólares.
El Museo Guggenheim de Nueva York reúne una de las colecciones de arte moderno y contemporáneo más importantes del mundo; cuenta con más de 1,500 piezas, entre las cuales se encuentran pinturas surrealistas de Joan Miró, más de 50 pinturas y bosquejos expresionistas de Paul Klee, móviles de Alexander Calder, pinturas de Wassily Kandinsky, y de Piet Mondrian, entre otros.
El icónico Museo Guggenheim logró desde el primer momento reflejar la visión arquitectónica de Frank Lloyd Wright. El diseño fue tan aclamado que a la inauguración asistieron más de 3,000 personas. Actualmente el museo es Patrimonio Mundial de la Unesco y una de las obras más importantes de la arquitectura del Siglo XX.