En el Pueblo de Bacalar, ubicado en el estado de Quintana Roo, guarda unas de las joyas naturales más bellas del Caribe, se encuentra Casa Málaga.
Málaga es una vivienda que se encuentra en una colonia céntrica, rodeada de vida y ese sabor a hogar.
Desde el primer momento es honesta. Es un proyecto de remodelación y ampliación, conservando la construcción existente, que tiene una relación de cariño con los vecinos, la fachada existente se contextualizo y se terminó.
Málaga es una edificación que inicialmente ya era así por fuera, al observar las fotos del pasado uno se sorprende de ver que la casa sigue prácticamente igual.
Cada espacio de la casa fue analizado para adaptarse a su nuevo dueño, hubo demolición mínima y se añadieron a la volumetría otros elementos para dar espacio a una vivienda más ventilada e iluminada.
Al acceder por la puerta principal nos llevamos la primera sorpresa, pues un pasillo semi abierto nos conduce hacia el interior de la casa por un costado y también nos direcciona al área social (el patio). La casa está diseñada para decirnos que una de las mejores maneras de vivirla es en su exterior.
El interior está dividido muy al estilo de las casas del sureste de México. Estaremos siendo recibidos por el comedor y la cocina que son los protagonistas para los visitantes pues para los usuarios es muy importante mantener esa relación directa del acto de cocinar y ser el anfitrión en todo momento, a un costado tenemos una ventana interna con el acceso a la sala.
Su interior es neutro, su acabado de chukum cubre todas las superficies y toda la carpintería es en madera de Pucté, generando una atmósfera de calidez tropical.
Casa Málaga cuenta con dos habitaciones, una personal con baño propio (éste a su vez compartido con los visitantes) y otra compartida para dormir en pareja, en el interior ambos cuartos son sencillos y de materiales aparentes (chukum y pasta) que pulidos en éste clima transmiten frescura y limpieza. La habitación principal remata con un jardín iluminado naturalmente y que funge el gran creador de esa escena lumínica al interior.
El baño principal es una de las estrellas del proyecto, la tina es el spot perfecto, pues transmite esa sensación de estar bañándote al exterior y al mismo tiempo sentirte en tu propia privacidad. Lavarse la cara y tener el remate vegetal reflejando en el espejo es muy relajante.
En el patio se plantean 3 espacios: la biopisicina un cuerpo de agua para refrescarse bordeada de su propio jardín que funciona como filtro natural para su limpieza y recirculación de agua tratada, un comedor con asador techados y un área con dos sillas que descansan sobre un deck de madera de Pucté para descansar y contemplar la gran palmera que es la protagonista del proyecto.
Las fotografías son de Francisco Moreno