El Cupa fue el primer multifamiliar de México y uno de los primeros experimentos de vivienda de interés social en el mundo. A nivel urbano y arquitectónico, su diseño retoma varios principios del utópico plan maestro de la Villa Radiante que propuso Le Corbusier en 1933, planteando una nueva manera de hacer frente a la creciente demanda de vivienda de la Ciudad de México.
El conjunto se compone de 1,080 viviendas en cinco tipologías diferentes que se distribuyen en seis edificios de gran altura y en otros seis edificios bajos dentro de una supermanzana. En la planta baja se ubican servicios, comercios y equipamiento para los habitantes del conjunto. Los edificios tienen un sistema estructural robusto y modular de vigas y columnas de concreto que evitan muros estructurales y permiten mucha flexibilidad para reconfigurar las viviendas al interior. La Diseñadora Clara Porsett participó con propuestas tipo de interiores y mobiliario para las 5 tipologías de vivienda que podían incluirse junto con la compra de la vivienda.
El encargo lo realizó una pareja con dos hijos que se había mudado al CUPA hace más de 15 años. Su departamento corresponde a la tipología de “vivienda tipo A” que consta 55 m² distribuidos en dos niveles. El nivel de acceso albergaba la cocina y el comedor y, el nivel inferior la sala, recámara principal, recámara secundaria y baño. Nuestra propuesta interviene la escalera original haciendo un desarrollo más corto que permite ganar área en el nivel de acceso y altura en el espacio muerto bajo la escalera. Esto permitió crecer y construir un nuevo comedor, reubicar la cocina y generar un cuarto de lavado/bodega.
El espacio muerto bajo la escalera se transformó en una sala de televisión/vestíbulo. Para resolver el problema de la privacidad entre las recámaras y mejorar el espacio de almacenamiento en el nivel inferior, se reconfiguró la distribución a través de una gran pieza de carpintería con espacios de almacenamiento que funciona como elemento divisorio.
Este elemento de carpintería respeta las distintas alturas de las vigas de concreto, dejándolas pasar libremente, con lo que se mejora la iluminación natural. Con el mismo propósito se sustituyeron algunos muros de yeso por muros de vitroblock. En los nichos de los muros de colindancia propusimos tener muebles de guardado empotrados como originalmente planteó Clara Porsett en su propuesta de amueblado de 1947.
Se retiró el aplanado de yeso de las vigas y el techo para revelar la textura y belleza de la cimbra de concreto enduelada. La reforma también incluyó una nueva propuesta de iluminación mediante la restauración de las cancelerías originales y un nuevo plafón de acero galvanizado debajo de la escalera del vecino que protege al departamento de constantes escurrimientos.
Las fotografías son de Ariadna Polo