La casa está ubicada en un nuevo fraccionamiento en la localidad de veraneo de Valeria del Mar, muy cerca de la ciudad atlántica de Pinamar, a 360 km hacia el sur de la ciudad de Buenos Aires.
El terreno de 623 m² se sitúa en una esquina del fraccionamiento, mide aproximadamente 32 por 23 metros y tiene su lado más corto enfrentado hacia una calle barrial típica de ésta localidad, y su lado más largo limitado por una angosta y muy poco transitada calle Cul de Sac que permite el ingreso al interior del fraccionamiento.
Los requisitos para la construcción de este proyecto eran que la casa sea lo más sencilla posible, resuelta en una única planta y especialmente que al dormitorio principal se ubicara alejado de los otros dos dormitorios que funcionarían para recibir a las familias de sus hijos, nietos y otras visitas.
La casa de 122 m² fue resuelta como un único volumen de proporción fuertemente alargada, ubicando el dormitorio principal en un extremo y los otros dos en el extremo opuesto y conformando en el espacio central el área de encuentro de toda la familia buscando una relación bien directa (y hasta casi indeterminada) con el exterior.
Para materializar la construcción se utilizó concreto expuesto buscando explotar sus cualidades escultóricas y al mismo tiempo evitar casi por completo el mantenimiento posterior en la vida útil de la casa, resultando esto ideal al tratarse de una vivienda de veraneo que además del uso por parte de sus dueños será alquilada por temporadas.
Los dos muros acristalados opuestos de la sala de estar se deslizan hacia atrás permitiendo dos puntos de entrada a la casa, completada con una tarima de madera en tonos rojizos.
La sala de estar de planta abierta tiene muebles mínimos y asientos de madera alrededor de una estufa de leña con una chimenea que se extiende a través de un agujero en el techo.
El concreto, único material que es combinado con vidrio y madera, es empleado también como cerramiento hacia el exterior y entre espacios internos permite simplificar al máximo el proceso de construcción y los tiempos de obra.
Las fotografías son de Daniela Mac Adden