Al noroeste de la Ciudad de México se localiza Casa Mika, un proyecto residencial unifamiliar de dos niveles que vive y gira a través de sus patios interiores, los cuales se plantearon de forma estratégica buscando generar experiencias distintas a lo largo del proyecto, a veces de manera íntima y en otras publica según la necesidad y el programa.
El diseño está basado en la geometría simple de un rectángulo, figura que se da de manera natural siguiendo las líneas del terreno, a la cual se le fueron extrayendo secciones para generar las aperturas, es decir los patios, así desde cualquier parte en planta baja se mantiene un vínculo directo y especifico con el entorno y con la vegetación, permitiendo al mismo tiempo que la luz natural bañe los espacios y gracias a la abundancia de vegetación y las sombras que proyectan las diferentes alturas de cada volumen se producen temperaturas agradables en el interior.
El ruido fue uno de los retos a resolver en Casa Mika, ya que se encuentra de frente con una avenida muy transitada de la ciudad, con el ruido constante de automóviles y camiones a todas horas. A pesar de que los vecinos levantaron una malla con algo de vegetación el ruido sigue estando presente. Es por eso que se decidió proyectar una fachada sencilla y cerrada que sirve como un tipo de muralla y se optó por colocar servicio y cochera en la parte frontal y las recámaras en la parte posterior de la casa, lo más lejos posible de la calle pero a la vez dejando un gran patio trasero para poder tener juegos, un huerto y otras actividades familiares, como requerimiento de los clientes.
Otro de los requerimientos por parte de los clientes fue que los espacios interiores no fueran tan grandes, solo los metros cuadrados necesarios por área que permitieran a cada espacio tener lo justo y realizar las actividades que corresponden a cada uno de manera cómoda, facilitando aún más el juego de la apertura de patios, los cuales la familia nos comenta que disfrutan mucho.
En cuanto a sus materiales, algo que caracteriza a Casa Mika son sus muros de tabique de arcilla blanca que contrastan pero no compiten por el protagonismo con el resto de los materiales que la conforman, sino se integran con armonía.
Las Fotografías son de César Béjar