Los propietarios de la Casa Santuario buscaban un nuevo hogar más pequeño, sencillo y práctico. Los hijos de la familia acababan de salir de la casa y no pasaría mucho tiempo antes de que ellos pudieran retirarse. Por lo tanto, compraron esta pequeña propiedad en el condado de Santa Clara, California, donde antes había una vieja cerca de madera que rodeaba el jardín y una vieja casa que cerraba la calle. Se veía exactamente como lo que estaban buscando. Sin embargo, para su sorpresa, detrás de esta apariencia áspera y envejecida había un jardín grande y exuberante. Un pequeño oasis urbano que les hizo cambiar todos sus planes. Decidieron dejar de lado el diseño de una nueva casa para enfocarse en ese suntuoso jardín.
Una de las principales razones por las cuales los clientes decidieron comprar esta antigua propiedad fue su proximidad al centro de Palo Alto, accesible a pie o en bicicleta. Por otro lado, se enamoraron del exuberante jardín y, por lo tanto, la nueva casa debería tener un área de proyección reducida y, en consecuencia, la inclusión de un segundo piso que inicialmente no era exactamente lo que estaban buscando. Pero el jardín era ciertamente más importante que una casa de un piso. Sus características rústicas y algo descuidadas eran exactamente lo que más les interesaba.
El enorme potencial de este pequeño bosque para un futuro proyecto arquitectónico parecía bastante obvio. Entonces decidieron llamar a un equipo de expertos en paisajismo. Los arquitectos de Ground Studio fueron elegidos para ayudarlos a aprovechar al máximo este jardín indomable; manteniendo una buena parte de su espontaneidad y serenidad, agregando algunos pequeños detalles para mediar entre la naturaleza salvaje del jardín y el entorno controlado de la arquitectura.
A través del equipo de Ground Studio, los clientes terminaron conociendo el trabajo de Feldman Architecture, iniciando el diseño de una casa moderna con líneas simples, que funcionaría como telón de fondo para el jardín, un elemento complementario a la característica principal de esta propiedad: su naturaleza exuberante.
La casa estaba alejada de la calle, enfatizando la silueta del centenario roble que brota al costado del jardín. Para dar la bienvenida a los visitantes, un extenso voladizo avanza sobre la sala exterior a la sombra del inmenso roble. Desde la entrada, el programa de la casa se intercala con una sucesión de pequeños jardines. Cada espacio interior fue diseñado de acuerdo con las características específicas del paisaje, permitiendo una perfecta armonía entre la arquitectura y el paisaje.
La estructura de la casa se eleva desde el suelo, descansando suavemente sobre una serie de pilotes. Este dispositivo permite la construcción de un diálogo entre arquitectura y paisaje, preservando los árboles existentes y protegiendo las raíces tubulares. La losa del piso sobresale más allá del área cubierta del edificio, extendiéndose a través del jardín para difuminar los límites entre el interior y el exterior y, al mismo tiempo, separar el edificio del piso. Incluso el acceso al garaje se construyó bajo pilotes para minimizar el impacto en las raíces del roble centenario. Al expandir el área del piso a través de los terrenos, la arquitectura del edificio proporciona una serie de espacios flexibles donde los clientes pueden recibir y dar la bienvenida a la familia en constante expansión
Tres pabellones albergan el programa de la casa y lo diluyen en toda la profundidad de la tierra. Se construyó un pequeño departamento independiente para alquilar en el segundo piso. En la planta baja, una serie de muros de hormigón a la vista sirven como elementos organizadores del programa de la casa, separando los espacios colectivos e íntimos. La paleta de materiales es bastante honesta y sin pretensiones, compuesta de materiales simples, concreto expuesto y madera de cedro amarillo.
Casa Santuário fue concebida como una estructura moderna y sensible que exalta el paisaje y busca construir relaciones directas entre el entorno natural y el hogar. El proyecto incorpora una serie de patios escondidos, invitando a los visitantes a explorar y deslumbrarse con este oasis urbano que cautiva a sus propietarios.
 |
 |
Las fotografías son de Joe Fletcher