Casa Petroia se encuentra cerca de la localidad de Los Espinos, en Tapalpa, a 140 km al suroeste de Guadalajara. El proyecto se concibe como una reinterpretación de la arquitectura vernácula construida con piedra y madera.
Su morfología se compone por dos volúmenes con doble altura y un pasillo de cristal que los conecta.
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La disposición del volumen para actividades de día se conforma de un tapanco que contiene un espacio de descanso y en planta baja se conectan todos los espacios sociales logrando un eje de convivencia donde se ubican la cocina-comedor-sala y en su parte más cerrada contiene módulos de baño y servicios.
Mientras que, el volumen de noche contiene una sala de tv vinculada visualmente a un patio que permite la entrada de luz natural y reflejos en el interior. Además, cuenta con una recámara y un baño completo.
En el segundo nivel se generó la recámara principal con un baño personal como el espacio más íntimo de la casa sin sacrificar la privacidad de los usuarios.
La materialidad consiste de tres elementos base: piedra del lugar para generar los volúmenes principales; pino de la región presentes en cubiertas y marcos; y cristal para lograr una conexión absoluta con el paisaje. Con esto se logra el objetivo de tener el mínimo impacto con el entorno y mimetizar la cabaña con la naturaleza.
Las fotografías son de Juan Manuel McGrath